viernes, 21 de abril de 2023

ESTUDIANTES TUNOS EN LA VALENCIA DEL SIGLO XVIII

Hace bastante tiempo leímos una cita histórica en el sitio web de la Tuna de Derecho de Valencia que hablaba de una referencia a estudiantes tunos valencianos en el siglo XVIII. Este sitio web ya no existe, pero encontramos en línea el siguiente texto:

Los primeros datos que se poseen de la Tuna de Derecho de Valencia son del año 1776, en un documento del Archivo Real del Reino que dice: “…que la Audiencia informe sobre los estudiantes tunos de leyes que hay en la Universidad, con el fin de evitar disturbios”. (ARV Real Acuerdo, Año 1776, Folio 63, Libro 71). Se solicita una lista de los tunos de derecho que hay en la Universidad de Valencia, a consecuencia de un alboroto estudiantil, para ver si estaban éstos presentes. Es curioso cómo la historia se repite.

(Mg Tuna De Derecho De Valencia, unaplauso.com)

La fuente original estaría entonces en el Archivo Real de Valencia, sección del Real Acuerdo del año de 1776, etc. Según la Conselleria d'Educació, Cultura i Esport de la Generalitat Valenciana, el Real Acuerdo representaba al rey y a sus Consejos en Valencia, pero la documentación que hay no tiene carácter judicial sino administrativo y de gobierno. En las actas encuadernadas se tienen las órdenes de la Corte, las consultas hechas, los nombramientos de funcionarios y disposiciones que eran de su incumbencia en educación, salud pública, gremios, fiestas, etc.  

Al revisar los documentos originales podemos observar que el texto que la Tuna de Derecho de Valencia reprodujo no era una cita literal. Por lo tanto, procederemos a reproducir la sección del documento respetando la ortografía de la época.

En dicho día: Vista en el otra Carta Orden del Consejo, su fecha treinta de Abril proximo, firmada por Dn. Pedro Escolano de Arsueta su Escribano de Camara y Gobierno y dirigida a S.E. por la que en vista del difuso Expediente suscitado en el mismo, con motivo de varios disturbios, parcialidades y abusos, que agitan el Cuerpo Academico de la Universidad de esta Ciudad dimanado todo de la division de Escuelas en la facultad de Theología: Y teniendo presente el informe hecho por esta Audiencia se aprueban /  entre otras cosas las Providencias tornadas por la Sala del Crimen:

Y se manda que oyendo a esta, a los dos Fiscales de S.M. al Rector, diputados de la Universidad, cathedraticos y demas personas que puedan darle noticia, se instruya del numero de Estudiantes Tunos que ay en esta Ciudad, dando las Providencias convenientes para que se apliquen al oficio o destino que les sea util, con lo demas que en la misma se previene: Se acordó su obedecimiento, y cumplimiento, y que se passe a los Señores Fiscales y una copia authentica de ella a la Real Sala del Crimen=

(Generalitat Valenciana, catálogo on line SAVEX)

Lo primero que llama la atención es que entendemos que se toman disposiciones sobre disturbios que hay en la Universidad, precisamente en la Facultad de Teología, no en la de Leyes.

Segundo, dice que el conflicto proviene de la división de escuelas en la Facultad de Teología. Probablemente estén refiriéndose a una disputa académica que se salió de control, quizá una oposición de cátedra; es decir, un concurso a una plaza para enseñar en el que los oponentes con seguridad tenían sus partidarios. Otro indicio de que se trata de algún tipo de oposición o concurso es que se habla de parcialidades. Tal vez lo que ocasionó el alboroto fue alguna parcialización en juzgar algo que trajo como consecuencia el disturbio, implicando a toda la comunidad académica pues ya vemos que se recogerá informes del mismo rector y los diputados de la Universidad.

Tercero, la mención de buscar saber cuántos “Estudiantes Tunos” había podría llevarnos a pensar que las autoridades creían que los principales azuzadores eran los estudiantes ligados al lúmpen estudiantil, a los vagabundos que se organizaban para encabezar el desorden. ¿Por qué entonces no tuvieron mano dura y por qué tomaron acciones tan benévolas como darles solo “las Providencias convenientes para que se apliquen al oficio o destino que les sea util”? Tal vez porque no hubo crímenes de sangre que prevalezcan por encima de la jurisdicción universitaria y siendo que los disturbios implicaban informaciones por parte de las autoridades de la Universidad, creyeron mejor darles la orden de que los dichos tunos vuelvan a lo suyo sin mayor consecuencia. Otra interpretación sería que quienes debían aplicarse al oficio o destino que les sea útil eran las autoridades. 

Estas son solo unas hipótesis bastante primarias que derivamos del texto, aunque nos falta mucha información.  

Menoti Cancellarius 

viernes, 7 de abril de 2023

UN VISTAZO A LA GOLIARDÍA


La goliardía es una tradición universitaria italiana que tiene como ideal la hermandad y evocar las picardías estudiantiles históricas. Como la tuna, en el mundo hispanoparlante, la goliardía es iniciática y pícara destacando por su comportamiento lúdico anclado en una actitud contestataria. Reta la norma amparada en la libertad de pensamiento, por un lado, y en la tolerancia, por el otro; pero todo en el marco de la tradición, algo que es en sí una paradoja.

Los goliardos modernos tienen una tradición que es contada de generación en generación, del antiguo al más nuevo. Muchas veces esta oralidad no tiene rigor histórico, pero cumple con su función de darle a los miembros un acervo cultural importante que fortalece una identidad definida. No obstante esta tradición oral, que puede ser imprecisa, revisaremos muy sumariamente algunos conceptos históricos sobre los goliardos.  

LA TRADICIÓN SOBRE SU ORIGEN 

Fuente: internet 

El código canónico medieval llamaba clerici vagantes o clero vagabundo, a aquellos clérigos que iban errantes sin afiliarse (o desertando) a una iglesia determinada, sea por no tener oficio o porque eran estudiantes y profesores que iban de lugar en lugar en búsqueda de nuevos conocimientos. Debido a esta vida sin ataduras se decía de ellos que estaban entregados a los placeres de la carne. Según Albert Hauck, en los siglos V y VI se tomaron severas medidas contra ellos «como cuando el Concilio de Calcedonia prohibió la ordenación sin designación a una iglesia específica, o cuando el Concilio de Valencia (¿524?) amenazó a los vagabundos con la excomunión, pena extendida por el Sínodo de Arles (524) a quienes les dieran cobijo». A pesar de estas medidas, los clérigos errantes no desaparecieron y peor aún se reforzó su leyenda, muy especialmente al aparecer de manera anónima la llamada poesía goliárdica.  

Hasta esta fecha, se mantiene el misterio sobre el origen etimológico de la palabra «goliardo». Para unos proviene del francés antiguo gouliard, que significaría: clérigo de vida irregular. Esto concuerda con la opinión de Hauck, quien señala el surgimiento de los goliardos como un fenómeno en el norte de Francia que luego se trasladó hacia Inglaterra y Alemania. En la Encyclopædia Britannica (1911) se menciona que muchos académicos aceptan la hipótesis de Max Büdinger (1854) que plantea la trascendencia de la palabra «goliardo»  por la carta que San Bernardo de Claraval le escribió al papa Inocencio II, en la que despectivamente llama «Goliat» (Golias, en el texto original escrito en latín)  al famoso académico Pedro Abelardo: «Avanza Goliat con su descomunal cuerpo, armado con aquellos fastuosos atuendos bélicos, precedido por su escudero Armando de Brecia (…) y a mí, al más pequeño de todos me reta a singular combate» (Casquero, 1997). Es claro que el Santo desea retratarse a sí mismo como el siervo de Dios que está en batalla contra un monstruoso gigante herético y, de paso, se entiende que los seguidores de Abelardo son unos filisteos. 

La gula se asocia a las palabras Goliat y Goliardo, como lo señala Ana Arranz Guzmán (2012) al citar a Giraldo de Cambrai quien dijo en 1220 «hubo un parásito de nombre Golias, famosísimo por su gula y su glotonería que muy bien podría llamarse Gulias, entregado como estaba a la gula y a la crápula en todo momento, pese a ser bastante buen literato… Este a menudo y en abundancia, vomitó contra el Papa y la curia romana poesías que alcanzaron fama, tanto métricas como rítmicas, con no menos impudencia que imprudencia». Se asume que este tal «Golías» era un personaje imaginario, convirtiéndose en un mítico patrón de los vagabundos.

Los historiadores consideran que los goliardos aportaron al desarrollo de la literatura medieval, en el renacimiento del siglo XII. Como referencia tenemos la Carmina Burana el códex del mismo nombre con la letra de poemas goliárdicos medievales dedicados al vino, el amor erótico y a la fortuna.

LA GOLIARDÍA ITALIANA DE HOY

El octavo centenario de la fundación de la Universidad de Bolonia.
La ceremonia tuvo lugar en el patio del Archiginnasio, el edificio 
que la Universidad ocupó de 1863 a 1803. Se puede ver a Carducci
dando el discurso principal. La familia real está bajo el dosel.
Fuente: 
Marco.cavina en igem.org 

Las actuales goliardías tienen su origen a finales del siglo XIX en Italia. El literato e intelectual Giosuè Carducci organizó las celebraciones por el octavo centenario de la fundación de la Universidad de Bolonia, llamándolo oficialmente Congreso Nacional e Internacional de Estudiantes Universitarios. Este evento tuvo una relevancia internacional importante por tratarse del aniversario de la universidad más antigua del mundo y convocó a varias asociaciones estudiantiles que resaltaron por sus tradiciones, entre ellas la alemana que había impresionado mucho a Carducci durante su visita a ese país en 1886. Es así que se le atribuye a Carducci el impulso y creación de la goliardía moderna en Italia, aunque previos a estos años ya habían noticias de estudiantes que realizaban actividades consideradas goliárdicas. Esta celebración en Bolonia también produjo la creación de los Faluchards que trasladaron la tradición a Francia. 

Con la toma del poder del partido fascista, en 1927, se crearon los grupos universitarios del régimen que suprimieron las asociaciones estudiantiles como una medida de control social y hasta prohibieron el gorro goliárdico o falucho. En el periodo de la postguerra, especialmente entre las décadas del 50 y 60, las goliardías se reorganizaron espontáneamente adoptando insignias extravagantes y títulos bufos que se mantienen al día de hoy.     

ESTRUCTURAS Y COSTUMBRES

Goliardos en el Aula Magna de Santa Lucía de la Universidad de Bolonia.
Fuente: Facebook de Goliardia Bologna - Il Fittone
 

La goliardía se organiza por ordenes menores o vasallas en una ciudad (en Pisa son llamadas balle; en Pádua, academias u ordenes; en Torino, vole; etc.). Estas unidades tienen un jefe propio y se encargan de formar a los novatos, estando la membresía abierta para uno o ambos sexos. Las ordenes vasallas se someten a la jurisdicción de una orden superior que rige a toda la goliardía de la ciudad y que elige a sus miembros de entre las primeras. Al jefe de esta orden superior se le conoce como Jefe de la Ciudad o Soberano. Las ordenes menores suelen elegir nombres bufos, así tenemos a La Plácida Orden de la Vaca Estupefacta, vasalla de la orden superior de Florencia llamada Soberana y Encomiable Orden Goliárdica de San Salvi; o la menor Draconis Refulgentis Aurimantati Goliardicus Ordo (DRAGO) que es vasalla de la Goliardicus Ordo Solis Orientis de la Universidad de Trieste. Se da el caso que las ordenes superiores pueden tener varias ordenes vasallas. En el caso de la de Trieste, hay diez.  

La estructura jerárquica de las ordenes no es democrática y lo contrario es visto como ajeno a la tradición goliárdica. Cada jefe gobierna como monarca absoluto, pero se apoya en vice jefes (príncipes regentes, según la tradición Pisana), jefes de las ordenes vasallas (o priores) y otros «ministros» que velan por el funcionamiento de la goliardía. El jefe necesita del apoyo de un «senado» que vela por el cumplimiento de sus estatutos y está compuesto por ex jefes, ex príncipes y ex ministros. El Soberano de la Ciudad tiene poderes casi absolutos respecto a las ordenes de la jurisdicción.

Invitación a la ceremonia de abdicación del Gran Cuerno, soberano de la Plácida
Orden de la Vaca Estupefacta.
Fuente: facebook.com/placidoordinedellavaccastupefatta
La soberanía goliárdica se expresa en el privilegio que tiene un jefe de empezar a entonar el Gaudeamus Igitur, según el territorio dominado, debiendo los demás acompañar al soberano. El cargo de Jefe de la Orden puede pasarse por sucesión designada o ceremonia de abdicación (ejemplo), elección por miembros calificados (senados) o en casos raros por un golpe de Estado llamado fronda, que parte de un miembro retando el privilegio del soberano a entonar el Gaudeamus. Si este es acompañado por una mayoría de miembros calificados, o de prestigio, la fronda habrá tenido éxito en deslegitimar al jefe retado; pero cuando no tiene éxito los miembros pueden «fuentear» o echar al golpista a una fuente de la ciudad. 

Cada Jefe o Soberano de Ciudad tiene un nombre particular, según la tradición local: Bolonia, Magnus Magister; Pisa, Gran Torreone; Florencia, Sovrano Gran Maestro, Milán, Golia; Nápoles, Lupo Mannaro (hombre lobo); Padua, Tribuno; Turín, Pontifex; Perugia, Gripho Triumphans; etc. Lo mismo sucede con cada jefe de las órdenes vasallas, como por ejemplo: «Gran Cuerno» (en La Plácida Órden de la Vaca Estupefacta). 

LAS MARCAS DE IDENTIDAD

Orsinas boloñesas expuestas por el Museo del Estudiante Europeo. La muestra fue
curada por Gian Paolo Brizzi, director del Archivo Histórico de la Universida de Bolonia
y Paola Dessì en 2006. Fuente: archiviostorico.unibo.it

El primer sombrero estudiantil decimonónico fue una boina pequeña llamada orsina que se originó como obsequio para los asistentes e invitados durante las celebraciones de 1888 en Bolonia, tomando inspiración en los solideos que los estudiantes medievales usaban en relieves e iconografías. El modelo también cubría las orejas, pero se estilaba levantar esta parte hacia arriba para dejarlas descubiertas como se observa en el Acta Nationis Germanicae Universitatis Bononiensis. Este modelo de gorra no iba a durar mucho. El sombrero que es ahora clásico entre los goliardos se llama falucho o, en italiano, feluca que deriva su normbre de la náutica por su parecido a la embarcación del mismo nombre. Una publicación llamada Il Berretto del 17 de febrero de 1889 de Padua prueba que en ese año, y quizá desde antes, ya se usaba esta prenda. La publicación muestra un grabado con estudiantes portando faluchos y una cabeza de buey enfaluchada. Al parecer los paduanos terminaron por imponer con los años este modelo.   

Los colores de los faluchos siguen la tradición académica italiana: blanco, letras; negro, ingeniería o arquitectura; rojo, medicina; verde, ciencias; azul, derecho; granate, farmacia; etc., no obstante, hay pequeñas variaciones por universidad sobre esta generalidad. No hemos podido establecer la antigüedad de esta tradición, al contrario de la hispana que data, por lo menos, del siglo XVI.

Felucas o faluchos de distintas facultades. Fuente: lacassa.com 

Las ordenes goliárdicas de Siena y Pisa, como se observa en la entrevista del video, le cortan la punta del sombrero de fieltro en una medida de cuatro dedos como recuerdo de los estudiantes que combatieron en la Batalla de Curtatone y Montanara: según la leyenda, el 29 de mayo de 1848 durante la primera guerra de la independencia, un batallón universitario con faluchos le cortaron la punta a sus sombreros  para tener mejor puntería con el fusil. El Sovranus ac Venerabilis Ordo Torrionis, la orden regente de la Universidad de Pisa, cuenta que participaron en esa batalla 389 goliardos pisanos.

Entre los goliardos en general, y especialmente entre los que no tienen cargos, se establece la antigüedad como jerarquía entre ellos. Esta antigüedad va casi de manera paralela a la antigüedad universitaria, que a su vez, se evidencia por las bolli, palabra que etimológicamente proviene del latín bulla. Esta costumbre para establecer la antigüedad se desprende de los sellos de las matrículas que los estudiantes llevaban por cada año universitario. Cuando un Matriculante va a jurar su ingreso a la familia goliárdica, se le entrega un papiro al que se colocaba una marca da Bollo, o sello fiscal, de una lira o menos. Este sello luego es perforado por la quemadura de un cigarrillo, y es esta marca llamada Bula. En adelante estos huecos, sin el sello fiscal, se siguen añadiendo al papiro según los años de antigüedad goliárdica.  

Bula o papiro goliárdico sellado con la marca da bollo
y las bulas, o agujeros, quemados en el documento.
Cada papiro tiene un diseño único a pesar de seguir
algunas pautas tradicionales establecidas en los
códigos de leyes de la goliardía. Fuente: Archivo
Histórico de la Universidad de Bolonia

Las antiguas bulas eran sellos y también eran documentos. Entonces, una bolla goliárdica no es solo un sello, sino un pergamino con variados diseños que son emitidos y firmados por autoridades goliárdicas de los que se desprende la voluntad de las asambleas de la goliardía. Los soberanos de la ciudad siempre tienen N+1, es decir siempre tendrán un número más de bulas que cualquiera que esté presente y sus vice soberanos tienen N+1 -1, señalando el mismo privilegio, pero siempre una menos que el soberano de la ciudad.

Según el Corpus Iuris Goliae Tertium Millennium del VIII° del Prinx Guido Ciambellotti, las bulas deben estar hechas sobre un papiro, bien ilustradas y escritas en lengua goliárdica medieval o latín macarrónico. Estos documentos pueden intitularse: bulas de nombramiento para un cargo, bulas de delegación, bulas de invitación a una cena, baile o evento goliárdico, bulas para cumplir una empresa, bulas de reto entre órdenes, bulas de reto entre goliardos, bulas de rescate, bulas de sentencia, bulas de infamia, bulas de atestación que certifica que una obra artística o empresa fueron hechas según el espíritu goliárdico, bulas de laurea, copias de bulas para archivar.   

El portal Foggia Citta Aperta reproduce una información que hemos visto en varios sitios digitales, pero de la que no hemos podido encontrar la fuente original. Esta información la hemos contrastado con De lo Pontefice Massimo-Roma de la goliardía romana, la Raccolta di leggi  della Goliardía Italiana (Guido Ciambellotti, ¿2005?) y con el Códice Morandini (Padua, 1946), que es el primer reglamento goliárdico impreso. Los goliardos tienen los siguientes títulos según sus bulas o bolli que han ganado y, dependiendo de su número, pueden colocar diferentes adornos en sus faluchos: 

Fuente: bologna.repubblica.it
1 bula - Fetentissima e Putridissima Matricola, o Fetidísimo y Podridísimo Matriculante: este es el título del estudiante del primer año y como novicio no podrá poner nada en su falucho salvo el escudo de su ciudad, la orden a la que pertenece y, en algunos casos, podrá mantener el lirio que está delineado con una cuerda dorada que viene con el sombrero cuando está nuevo.

2 bulas - Famelico ma Tollerato Fagiolo, o Famélico y Tolerado Frejol: este es el título de los estudiantes de segundo año y bajo esta condición el goliardo puede colocar en su falucho no más de siete adornos, siempre que no sean colgantes. Por eso no pueden colocarse ni borlas y menos colocarle el cordón que va a los lados para sostener el falucho.

3 bulas - Aurea (o Gloriosa) Colonna, o Áurea o Gloriosa Columna: según se entiende este es el estudiante del tercer año. En el Códice Morandini no hemos leído su inclusión, pero sí es mencionado en el juramento de investidura de matriculantes. Con este título el goliardo puede colocar en su falucho cualquier adorno, siempre que no sean más de siete elementos.

4 bulas - Nobile (o Magnifico) Anziano, Noble (o Magnífico) Anciano: este es el cursante del cuarto año. A partir de este grado el goliardo podrá adornar su sombrero con cualquier tipo de objeto.   

5 bulas - Divinissimo Laureando, o Divinísimo Laureado: el goliardo tendrá el privilegio de poner una franja dorada en un lado de su falucho.

Faluchos con diferentes adornos. Fuente: bolognatoday.it.  

6 bulas - Sidereo Fuoricorso, o Fuera de Curso Sideral: el goliardo podrá colocar una franja dorada en ambos lados de su sombrero. 

Todos estos adornos, incluído el falucho, deben de ser regalos o pueden ser donaciones que rememoren una actividad goliárdica o académica. Además de los faluchos, los goliardos también usan capas, placas (medallas), camisas para novatos, etc. que tienen significados diversos y que varios dejan verse desgastados porque dicen que cada mancha o remiendo es un recuerdo. Debemos resaltar que en italiano capa se dice mantello, traducible también como manteo. Sin embargo, la capa que usualmente usan las tunas modernas de tradición hispánica son más parecidas al antiguo ferreruelo, una capa corta más asociada a la vestimenta formal del siglo XVI, perfecta para caballeros que usaban una espada ropera y que se podía vestir sobre el hombro derecho para amarrarla cruzada bajo el izquierdo. En el ámbito universitario, al menos en el de la Universidad de San Marcos de Lima, el ferreruelo se le permitía usar a los estudiantes casados. En italiano, el ferraiòlo era la amplia capa ritual de cardenales, obispos o sacerdotes, que reconocemos como manteo y que fue también parte de la típica vestimenta de los estudiantes de la tradición hispana. Volviendo al mantello goliárdico, podemos apreciar que su confección y modo de usarla es más similar al legendario manteo estudiantil hispano, que lo que puedan ser las capas de las tunas de hoy.       

LA FIESTA DEL MATRICULANTE

Fiesta del Matriculante en Bolonia. Fuente: bolognatoday.it 
En Bolonia, y en otras ciudades con sus distintas diferencias de costumbres, se estila celebrar la Fiesta del Matriculante que es una actividad que empieza con la liberación de los estudiantes de primer año de las aulas. El día elegido empieza en un café, se toma el desayuno y, en caso de los boloñeses, se grita «el rector paga mucho».  Luego se va a las escuelas para ingresar con silbatos y cánticos a las aulas con la intención de liberar a los estudiantes a pesar de algunas protestas de los profesores. Luego se hace una procesión por las calles que al llegar a un punto de la ciudad se procede a regalar los faluchos, acomodándolos según la tradición local. Hasta hace unas décadas la Fiesta del Matriculante era un evento social y masivo con desfile incluido como si fuera un carnaval celebrado en cada ciudad universitaria involucrando a estudiantes, profesores y autoridades académicas.  

LA INVESTIDURA DE MATRICULANTES

Fuente: Facebook de Goliardia Bologna - Il Fittone


Hay muchas otras actividades de los goliardos como las disputas dialécticas en parodia que sostienen, el montaje de sainetes y pequeñas obras teatrales, la organización de desfiles burlescos, etc.; pero no buscamos extendernos más. Estas son solo unas breves palabras sobre una tradición muy interesante. Cerramos entonces con la ceremonia de investidura de los matriculantes. Las reglas goliárdicas suelen dejar libertad sobre cómo han de organizarse en detalle, pero el Código Morandini registra una fórmula mínima aceptada: el matriculante se arrodilla frente al soberano de su orden, se le corta un mechón de cabello y se le mete un poco de sal en la boca recitando la frase «accipe salis sapientiae...» (acepta la sal de la sabiduría). A este gesto algunos añaden «...et pepis argutiae» (y la pimienta de la argucia). El falucho deberá de mantenerse boca arriba, y justo debajo la cabeza inclinada del novato, para que reciba el vino que se le va a rociar y que deberá de beber después porque «no se desperdicia el jugo de Baco». Al verter el líquido se dice «et vinum veritatis» (y el vino de la verdad) y, llegado el momento, el birrete goliárdico voverá a ser impuesto por el soberano de la orden quien pronunciará la siguiente fórmula: «In nomine Bacci, Tabacci Venerisque semper bonae nos Siderei Extracursus, Divinissimi Laureandissimi, Divini Laureandi, Colendae Columnae, Faseoli Famelici et Flatulentissimi sed necessari TE ....... in magnam familiam goliardicam accipimus» (En nombre de Baco, el Tabaco y Venus siempre buena; nosotros, los Fuera de Curso Siderales, Divinísimos Laureadísimos, Divinos Laureantes, Cultísimas Columnas, Famélicos y Flatulentísimos -aunque necesarios- Frejoles, te aceptamos .............. en la gran familia goliárdica). Tras el abrazo fraternal, todos los presentes entonan la canción la Vispa Teresa que es originalmente una poesía para niños de Luigi Sailer (1865), pero que los goliardos han cambiado su última frase: «Tenía la vivaracha Teresa, entre la hierba / una amable mariposa que al vuelo sorprendió / y toda gozosa gritaba echada: / "la tomé, la tomé, la tomé por culo!”»; y así concluye la ceremonia.

Investidura de Matriculantes. Nótese cómo son bautizados con vino. Goliardia Bologna - Il Fittone

Menoti Cancellarius   



miércoles, 6 de diciembre de 2017

No solo los fundadores hacen una tuna

Séptimo Aniversario de la Tuna de Comunicaciones, Turismo y Psicología de la USMP


Recuerdo la vez que mi querido hermano César Arbulú (de la Tuna de Administración USMP) me dijo “fundar una tuna es tremenda chamba” y siete años después le doy la razón. Se comprende mejor de la siguiente manera: al empezar la construcción de una obra se acostumbra enterrar la primera piedra como parte de un ceremonial. Este acto simbólico es muy sencillo pero la construcción de la obra es compleja. Para levantar la edificación participan arquitectos, ingenieros, obreros, etc., talentos que hacen realidad lo que solo es un proyecto. La Tuna de Comunicaciones, Turismo y Psicología aún está en construcción. Aunque el acto mismo de haberla fundado haya requerido únicamente de las voluntades de 7 tunos fundadores, y la venia del Decano de la Facultad, es necesario recordar además el esfuerzo de nuestros primeros pardillos. Muchachos que decidieron unirse a la tuna para poder escribir su propia historia. De sus filas tenemos nuestro mayor logro: tunos que ya acabaron su carrera, que se han licenciado como jóvenes profesionales y que ahora toman las riendas para formar a las nuevas generaciones. Debemos agradecer también méritos individuales como el de la profesora María Elena Mascaró quien con generosidad ayudó a nuestro desarrollo en el canto, a Jonathan Gómez Panduro “Lagartín” que hasta la fecha es nuestro director musical, solista premiado y compositor del tema propio de la tuna, a Álvaro Leyva Flores "Chiclote" porque con su talento como panderetólogo nos ha conseguido más de un premio, a Juan Betancourt Vidal, el “dos veces fundador” y chupacerebros, quien siempre nos ha ofrecido consejo, si no es como padre al menos como abuelo. Es menester recordar a nuestros tunos honorarios que nos han edificado con su cariño como Alejandro Huamán (Toby), Mario Zaplana (Tío Lucas), Peter Díaz Castillo (Peter) y José de la Riva Agüero Deacon (Ancestro). Entre las tunas peruanas debemos destacar la gran amistad de la Tuna de San Marcos, una hermandad cultivada por años, a la Tuna de Derecho de la UIGV y la Tuna de la Universidad de Lima que siempre nos han recibido con gentileza en sus certámenes y nos han distinguido con su amistad, y a la Tuna de Derecho de la USMP, hermanos con quien compartimos fraternalmente la casa de estudios. Cómo olvidar la deferencia hecha por la Tuna de Derecho de la UAP-Ica y la Tuna de la UPC al elegirnos como sus padrinos. Ese honor lo asumimos con la modestia que corresponde, pues además damos fe que ellos no son nuestros clones, sino que son tunas que construyen su identidad con total independencia.  

Menoti Cancellarius 

lunes, 27 de noviembre de 2017

OPINIÓN: Los clavelitos de Miguelanxo

Pocas son las veces que la tuna aparece en una novela gráfica o historieta. Para el caso tenemos una pequeña historia llamada “Clavelitos” que forma parte de la obra Quotidiania Delirante del dibujante Miguelanxo Prado, donde critica la realidad vivida por algunos tunos que se quedaron estancados. Ésta es una de las pocas críticas hechas a la tuna que puede considerarse seria. 

La tuna es una actividad cultural bastante difundida en diversas universidades, en especial en las de herencia hispana, sean europeas o americanas. En esencia es una costumbre estudiantil, o al menos ese es el sentido inicial. Suele decirse desde hace unas décadas que se es tuno hasta morir. El vínculo con el grupo, considerado como una fraternidad académica, no se diluye a pesar de dejar de ser estudiante. Este sentimiento hace que las tunas tengan miembros permanentes, aunque no necesariamente en actividad. Son las nuevas generaciones quienes se encargan de transmitir las costumbres a quienes les sucederán. Para muchos siempre hay ocasión para volverse a poner el traje y acompañar a la tuna. Otros colaboran con el grupo dando un aporte musical, logístico o simplemente fraternal. Pero ¿qué pasa cuando abusamos de la tuna? 

El tuno Peter Pan

La caricatura pone el dedo sobre la llaga. Nos muestra sujetos narcisistas que son una carga para sus familias, que niegan su vejez y que son irresponsables. Temen al compromiso y nunca acaban lo que empiezan. El síndrome "Peter Pan" es expuesto encarnado en tunos emocionalmente heridos, que han encontrado evasión a sus miedos en el refugio artificial de la negación. ¿Es real esta representación de Prado? Tal vez sea verdad para una muy pequeña minoría pero no hay escape al estereotipo sobre una tradición incomprendida. En el programa "España en la Memoria", emitido por Intereconomía TV del 2007 al 2013, uno de los participantes dio una opinión penosa: "Yo tengo un amigo, quería preguntarle al representante de las tunas, si se jubila uno o no (sic) de tuno. (...) porque tengo un amigo que se ha jubilado a los... no ha terminado la carrera nunca, y con 65 años se ha jubilado de tuno". Podemos especular que lo dicho pudo haberse referido a tunos Peter Pan, aunque para ser justos, también pudo ser producto del prejuicio al no entender que un miembro de la tuna no deja de ser tuno. Son estas percepciones negativas que las tunas actuales debemos vencer por medio de la acción, tanto social como académica, evitando conductas negativas.      

La tuna como negocio personal

Hay “tunos” que se dedican a utilizar a la tuna como una herramienta de trabajo. A este tipo de personas les gustan los contratos extra oficiales (casi siempre secretos), gestionados por ellos y aprovechando el prestigio construido por las tunas que actúan oficialmente. Ahí llevan a “sus amigos”, sea un grupo selecto o“pseudo-elite” de la propia tuna o, en todo caso, le pasan la voz a gente de otras universidades para evitar complicaciones. Todo en función de la propia satisfacción. Con este actuar se socava la agujereada economía de la tuna que se auto sustenta humildemente como grupo estudiantil. No quede la menor duda: es una competencia desleal. Estas personas compiten sin reparo alguno contra sus propias fraternidades que luchan cada centavo para comprar buenos instrumentos, trajes, comida y transporte con el único ánimo de cumplir con sus objetivos culturales. Salir a una noche de bohemia, compartir con los amigos para hacer música, es algo bueno. Antiguos y nuevos se juntan a pasar un momento de recuerdos y risas. Si se obtiene algo durante la aventura enhorabuena. Si no es así lo importante es el momento vivido celebrando la fraternidad. Pero hacer de las artes y costumbres de una tuna objeto de interés particular, siempre en desmedro del bien común es una vileza. Ya se dijo que uno no da lo que no tiene en el corazón. También hay caraduras que se presentan en restaurantes pasando la pandereta, que de ser jóvenes y estudiantes podría tolerarse, pues se aprende humildad de una actividad honesta. En lugar de eso sus kilos, calvas y canas –sin mencionar el ego- solo dibujan una parodia triste de quien aspiró a ser ya sea un académico o un buen músico alguna vez. 

Con estas figuras nos confronta Miguelanxo Prado. 

Aclaremos, no está mal vivir de la música. Es una profesión honorable como cualquiera, y hasta más por su capacidad de unir culturas. Genios hoy inmortales grabaron sus nombres en la historia con sus obras musicales. Los pueblos transmiten su identidad y sentir a través de la música. Ser músico profesional, o amateur, es una bendición. El problema es que quien quiera hacer de la tuna un trabajo no se hará rico ni hallará fama alguna. Por el contrario, generará miseria material y espiritual, perjudicando una bella costumbre universitaria.

Menoti Cancellarius















viernes, 3 de noviembre de 2017

OPINIÓN: ¿Qué es ser la mejor tuna?


Siempre que participo con la tuna en un certamen asumo que no vamos a ganar... aunque en casi siete años desde la fundación tenemos siete premios a la mejor tuna. Debo decir que no fue uno por año. Hubo veces que no hemos ganado nada de nada. Tal como llegábamos nos íbamos. Ser triunfalista es una petulancia insufrible y prefiero asumir que no vamos a ganar nada.

No es por ser aguafiestas sino porque así evito la aborrecible presión de tener el único objetivo de ganar. Ésto llama a la pregunta ¿qué es ser la "mejor" tuna?, ¿acaso es la más graciosa o la más hábil en la ejecución de instrumentos?, ¿tal vez lo sea aquella que tiene una gran producción de show con serpentinas, globos, sombreros, etc.? No lo sé. ¿Qué es ser la mejor en un certamen? Fuera de agradar a los jueces de turno y tener una presentación limpia no veo otros indicadores. ¿El público lleva cuenta de los premios que ganamos o es un asunto que solo a nosotros nos interesa? Supongo que la tuna debe enriquecer solo a dos: al tuno entregado a su arte y al público que busca un momento de entretenimiento orgánico más allá de la televisión reality. En el último certamen en el que participamos, organizado por la Tuna de la Universidad Católica San Pablo, tuvimos la suerte de ganar mejor coreografía de pandereta, mejor instrumental, mejor coreografía de capa y mejor tuna.

Creo que lo mejor  fue ver el gran impulso que tiene este movimiento cultural en una ciudad tan bonita y en una universidad que apoya la iniciativa estudiantil. Con grata sorpresa vi aquella noche que la Tuna de San Pablo había crecido en número de integrantes y musicalidad. Solo así gana la tuna y nadie pierde, pero no hay que mal interpretar estas palabras: es deber de cada uno, por propio respeto y a la gente que nos escucha, cuidar la belleza de la música que interpretamos.

Quizá la mejor tuna sea la que logra la constante superación de sus integrantes, lo que pone simbólicamente en perspectiva la etapa de pardillo como un aprendiz y luego la del tuno como veterano quien ha de formar a otros nuevos. Así se cumple el círculo de la vida. Por lo demás es bonito decir que uno es el mejor porque así lo decidió un jurado, aunque siempre habrá un certamen en algún lugar del mundo que alguien más ganará.

Menoti Cancellarius

viernes, 20 de octubre de 2017

¡TREN AL SUR!
Por Oscar Garayar "Don Gato"

Como si se tratara de una canción rockera de la década de los 80’s, nuestros tunos dotados de carisma, entusiasmo y galantería se enrumban en una nueva aventura. ¡Pareciera que el sur tuviese un atractivo sin igual! Primero fue Ayacucho, luego Ica y ahora el próximo paradero será la tierra del imponente Misti, el rocoto relleno y el sillar.

Hace solo unos años fue la última visita de la Tuna de Comunicaciones a Arequipa, tierra de cálido recibimiento en donde el arte del buen tunar se hace sentir con enérgico entusiasmo y notoriedad sin par.

La cita será este 21 de octubre en el majestuoso e histórico Teatro “Fénix” de Arequipa. Es la cuarta edición del Certamen de Tunas “Melodías de Tradición” organizado por la Tuna de la Universidad Católica San Pablo.
Los cantos, trinos de guitarra y golpes de pandereta ya se hacen escuchar y con seguridad la Tuna sabrá dar la talla,  dejando en alto el nombre de nuestra muy querida facultad.

¡Porque esta es la Tuna más guapa de noche y de día…. la Tuna de Comunicaciones, Turismo y Psicología  de la Universidad San Martín de Porres!