La goliardía es una tradición universitaria italiana que tiene como ideal la hermandad y evocar las picardías estudiantiles históricas. Como la tuna, en el mundo hispanoparlante, la goliardía es iniciática y pícara destacando por su comportamiento lúdico anclado en una actitud contestataria. Reta la norma amparada en la libertad de pensamiento, por un lado, y en la tolerancia, por el otro; pero todo en el marco de la tradición, algo que es en sí una paradoja.
Los goliardos modernos tienen una
tradición que es contada de generación en generación, del antiguo al más nuevo.
Muchas veces esta oralidad no tiene rigor histórico, pero cumple con su función
de darle a los miembros un acervo cultural importante que fortalece una
identidad definida. No obstante esta tradición oral, que puede ser imprecisa,
revisaremos muy sumariamente algunos conceptos históricos sobre los
goliardos.
LA TRADICIÓN SOBRE SU ORIGEN
Fuente: internet |
El código canónico medieval llamaba clerici vagantes o clero vagabundo, a aquellos clérigos que iban errantes sin afiliarse (o desertando) a una iglesia determinada, sea por no tener oficio o porque eran estudiantes y profesores que iban de lugar en lugar en búsqueda de nuevos conocimientos. Debido a esta vida sin ataduras se decía de ellos que estaban entregados a los placeres de la carne. Según Albert Hauck, en los siglos V y VI se tomaron severas medidas contra ellos «como cuando el Concilio de Calcedonia prohibió la ordenación sin designación a una iglesia específica, o cuando el Concilio de Valencia (¿524?) amenazó a los vagabundos con la excomunión, pena extendida por el Sínodo de Arles (524) a quienes les dieran cobijo». A pesar de estas medidas, los clérigos errantes no desaparecieron y peor aún se reforzó su leyenda, muy especialmente al aparecer de manera anónima la llamada poesía goliárdica.
Hasta esta fecha, se mantiene el
misterio sobre el origen etimológico de la palabra «goliardo». Para unos
proviene del francés antiguo gouliard,
que significaría: clérigo de vida irregular. Esto concuerda con la opinión de
Hauck, quien señala el surgimiento de los goliardos como un fenómeno en el
norte de Francia que luego se trasladó hacia Inglaterra y Alemania. En la Encyclopædia
Britannica (1911) se menciona que muchos académicos aceptan la hipótesis de Max
Büdinger (1854) que plantea la trascendencia de la palabra «goliardo» por la carta que San Bernardo de Claraval le
escribió al papa Inocencio II, en la que despectivamente llama «Goliat»
(Golias, en el texto original escrito en latín) al famoso académico Pedro Abelardo: «Avanza Goliat con su descomunal cuerpo,
armado con aquellos fastuosos atuendos bélicos, precedido por su escudero
Armando de Brecia (…) y a mí, al más pequeño de todos me reta a singular
combate» (Casquero, 1997). Es claro que el Santo desea retratarse a sí mismo
como el siervo de Dios que está en batalla contra un monstruoso gigante
herético y, de paso, se entiende que los seguidores de Abelardo son unos
filisteos.
La gula se asocia a las palabras Goliat
y Goliardo, como lo señala Ana Arranz Guzmán (2012) al citar a Giraldo de
Cambrai quien dijo en 1220 «hubo un
parásito de nombre Golias, famosísimo por su gula y su glotonería que muy bien
podría llamarse Gulias, entregado como estaba a la gula y a la crápula en todo
momento, pese a ser bastante buen literato… Este a menudo y en abundancia,
vomitó contra el Papa y la curia romana poesías que alcanzaron fama, tanto
métricas como rítmicas, con no menos impudencia que imprudencia». Se asume
que este tal «Golías» era un personaje imaginario, convirtiéndose en un mítico
patrón de los vagabundos.
Los historiadores consideran que
los goliardos aportaron al desarrollo de la literatura medieval, en el
renacimiento del siglo XII. Como referencia tenemos la Carmina Burana el códex
del mismo nombre con la letra de poemas goliárdicos medievales dedicados al
vino, el amor erótico y a la fortuna.
LA GOLIARDÍA ITALIANA DE HOY
Con la toma del poder del partido fascista, en 1927, se crearon los grupos universitarios del régimen que
suprimieron las asociaciones estudiantiles como una medida de control social y
hasta prohibieron el gorro goliárdico o falucho. En el periodo de la postguerra,
especialmente entre las décadas del 50 y 60, las goliardías se reorganizaron
espontáneamente adoptando insignias extravagantes y títulos bufos que se
mantienen al día de hoy.
ESTRUCTURAS Y COSTUMBRES
Goliardos en el Aula Magna de Santa Lucía de la Universidad de Bolonia. Fuente: Facebook de Goliardia Bologna - Il Fittone |
La estructura jerárquica de las ordenes no es democrática y lo contrario es visto como ajeno a la tradición goliárdica. Cada jefe gobierna como monarca absoluto, pero se apoya en vice jefes (príncipes regentes, según la tradición Pisana), jefes de las ordenes vasallas (o priores) y otros «ministros» que velan por el funcionamiento de la goliardía. El jefe necesita del apoyo de un «senado» que vela por el cumplimiento de sus estatutos y está compuesto por ex jefes, ex príncipes y ex ministros. El Soberano de la Ciudad tiene poderes casi absolutos respecto a las ordenes de la jurisdicción.
Invitación a la ceremonia de abdicación del Gran Cuerno, soberano de la Plácida Orden de la Vaca Estupefacta. Fuente: facebook.com/placidoordinedellavaccastupefatta |
Cada Jefe o Soberano de Ciudad tiene un nombre particular, según la tradición local: Bolonia, Magnus Magister; Pisa, Gran Torreone; Florencia, Sovrano Gran Maestro, Milán, Golia; Nápoles, Lupo Mannaro (hombre lobo); Padua, Tribuno; Turín, Pontifex; Perugia, Gripho Triumphans; etc. Lo mismo sucede con cada jefe de las órdenes vasallas, como por ejemplo: «Gran Cuerno» (en La Plácida Órden de la Vaca Estupefacta).
LAS MARCAS DE IDENTIDAD
Los colores de los faluchos siguen la tradición académica italiana: blanco, letras; negro, ingeniería o arquitectura; rojo, medicina; verde, ciencias; azul, derecho; granate, farmacia; etc., no obstante, hay pequeñas variaciones por universidad sobre esta generalidad. No hemos podido establecer la antigüedad de esta tradición, al contrario de la hispana que data, por lo menos, del siglo XVI.
Felucas o faluchos de distintas facultades. Fuente: lacassa.com |
Entre los goliardos en general, y especialmente entre los que no tienen cargos, se establece la antigüedad como jerarquía entre ellos. Esta antigüedad va casi de manera paralela a la antigüedad universitaria, que a su vez, se evidencia por las bolli, palabra que etimológicamente proviene del latín bulla. Esta costumbre para establecer la antigüedad se desprende de los sellos de las matrículas que los estudiantes llevaban por cada año universitario. Cuando un Matriculante va a jurar su ingreso a la familia goliárdica, se le entrega un papiro al que se colocaba una marca da Bollo, o sello fiscal, de una lira o menos. Este sello luego es perforado por la quemadura de un cigarrillo, y es esta marca llamada Bula. En adelante estos huecos, sin el sello fiscal, se siguen añadiendo al papiro según los años de antigüedad goliárdica.
Las antiguas bulas eran sellos y también eran documentos. Entonces, una bolla goliárdica no es solo un sello, sino un pergamino con variados diseños que son emitidos y firmados por autoridades goliárdicas de los que se desprende la voluntad de las asambleas de la goliardía. Los soberanos de la ciudad siempre tienen N+1, es decir siempre tendrán un número más de bulas que cualquiera que esté presente y sus vice soberanos tienen N+1 -1, señalando el mismo privilegio, pero siempre una menos que el soberano de la ciudad.
Según el Corpus Iuris Goliae Tertium Millennium del VIII° del Prinx Guido Ciambellotti, las bulas deben estar hechas sobre un papiro, bien ilustradas y escritas en lengua goliárdica medieval o latín macarrónico. Estos documentos pueden intitularse: bulas de nombramiento para un cargo, bulas de delegación, bulas de invitación a una cena, baile o evento goliárdico, bulas para cumplir una empresa, bulas de reto entre órdenes, bulas de reto entre goliardos, bulas de rescate, bulas de sentencia, bulas de infamia, bulas de atestación que certifica que una obra artística o empresa fueron hechas según el espíritu goliárdico, bulas de laurea, copias de bulas para archivar.
El portal Foggia Citta Aperta reproduce una información que hemos visto en varios sitios digitales, pero de la que no hemos podido encontrar la fuente original. Esta información la hemos contrastado con De lo Pontefice Massimo-Roma de la goliardía romana, la Raccolta di leggi della Goliardía Italiana (Guido Ciambellotti, ¿2005?) y con el Códice Morandini (Padua, 1946), que es el primer reglamento goliárdico impreso. Los goliardos tienen los siguientes títulos según sus bulas o bolli que han ganado y, dependiendo de su número, pueden colocar diferentes adornos en sus faluchos:
Fuente: bologna.repubblica.it |
2 bulas - Famelico ma Tollerato
Fagiolo, o Famélico y Tolerado Frejol: este es el título de los estudiantes
de segundo año y bajo esta condición el goliardo puede colocar en su falucho no
más de siete adornos, siempre que no sean colgantes. Por eso no pueden
colocarse ni borlas y menos colocarle el cordón que va a los lados para sostener
el falucho.
3 bulas - Aurea (o Gloriosa)
Colonna, o Áurea o Gloriosa Columna: según se entiende este es el
estudiante del tercer año. En el Códice Morandini no hemos leído su inclusión,
pero sí es mencionado en el juramento de investidura de matriculantes. Con este
título el goliardo puede colocar en su falucho cualquier adorno, siempre que no
sean más de siete elementos.
4 bulas - Nobile (o Magnifico)
Anziano, Noble (o Magnífico) Anciano: este es el cursante del cuarto año. A
partir de este grado el goliardo podrá adornar su sombrero con cualquier tipo
de objeto.
5 bulas - Divinissimo Laureando,
o Divinísimo Laureado: el goliardo tendrá el privilegio de poner una franja
dorada en un lado de su falucho.
Faluchos con diferentes adornos. Fuente: bolognatoday.it. |
6 bulas - Sidereo Fuoricorso, o Fuera de Curso Sideral: el goliardo podrá colocar una franja dorada en ambos lados de su sombrero.
Todos estos adornos, incluído el
falucho, deben de ser regalos o pueden ser donaciones que rememoren una
actividad goliárdica o académica. Además de los faluchos, los goliardos también
usan capas, placas (medallas), camisas para novatos, etc. que tienen
significados diversos y que varios dejan verse desgastados porque dicen que
cada mancha o remiendo es un recuerdo. Debemos resaltar que en italiano capa se
dice mantello, traducible también
como manteo. Sin embargo, la capa que usualmente usan las tunas modernas de
tradición hispánica son más parecidas al antiguo ferreruelo, una capa corta más
asociada a la vestimenta formal del siglo XVI, perfecta para caballeros que usaban
una espada ropera y que se podía vestir sobre el hombro derecho para amarrarla cruzada
bajo el izquierdo. En el ámbito universitario, al menos en el de la Universidad
de San Marcos de Lima, el ferreruelo se le permitía usar a los estudiantes
casados. En italiano, el ferraiòlo
era la amplia capa ritual de cardenales, obispos o sacerdotes, que reconocemos
como manteo y que fue también parte de la típica vestimenta de los estudiantes
de la tradición hispana. Volviendo al mantello goliárdico, podemos apreciar que
su confección y modo de usarla es más similar al legendario manteo estudiantil
hispano, que lo que puedan ser las capas de las tunas de hoy.
LA FIESTA DEL MATRICULANTE
Fiesta del Matriculante en Bolonia. Fuente: bolognatoday.it |
LA INVESTIDURA DE MATRICULANTES
Fuente: Facebook de Goliardia Bologna - Il Fittone |
Excelente aporte
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