Un diseño debe tener dos elementos clave: belleza y utilidad. No se puede eliminar una de estas dos cosas. Si a lo que diseñamos le quitamos belleza, ¿quién lo va a comprar? y, si le quitamos la utilidad, ¿quién lo podrá usar? El asunto se complica cuando la pieza que se nos encarga es un escudo universitario que encarna el imaginario de todo un colectivo.
Escudo en piedra que era del frontis del antiguo local del Colegio Mayor de San Gregorio y que actualmente está en el muro testero del Paraninfo de la Universidad. |
Un escudo de armas, que además pertenece a una universidad antigua, trae consigo un acervo cultural que no puede manipularse imprudentemente. No solo es un isotipo o logotipo que podemos cambiar por cualquier tendencia; pues, de manejarlo mal, no solo podríamos crear una crisis en la percepción de la identidad y una alienación de los públicos, sino dañar un patrimonio cultural y hasta provocar un problema político.
Es aquí que los diseñadores gráficos, los estrategas de marketing y los clientes deben entender qué tienen entre manos y a qué se enfrentan. Tal vez las consecuencias no sean tan apocalípticas, pero también es cierto que un equipo de marketing que no ha investigado puede perjudicar a su cliente.
Como en nuestra Tuna hay comunicadores, vamos a observar algunos casos interesantes: el de la Universidad de Oviedo, el de la Universidad de San Martín de Porres, el de la Universidad de Bolonia, el de la Universidad de Lima y el de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Oviedo: de la dignidad arzobispal a una galleta verde
La galletita, hoy horneada hasta la ceniza. |
El escudo apocalíptico de huesitos con hongo nuclear y el sacrilegio añadido. Fuente: Internet. |
Escudo con efecto degradé. Fuente: Internet |
Con el cambio político, llegó el cambio simbólico. El caballito de batalla en la carrera por el rectorado incluyó estar contra el isotipo de Vázquez García y, finalmente, en 2008, el nuevo rector Vicente Miguel Gotor Santamaría (2008 - 2016) eliminó la innovación para volver al escudo tradicional... O al menos a una versión de este. Sucede que el sello universitario ya había pasado de grabados antiguos a un modelo digital que exhibía las preferencias estilísticas de inicios de fines de los 90s e inicios de 2000: sombras, brillos y degradés. Debe añadirse que la tarja (la parte amarilla que parece un papel doblado) que encerraba el escudo se mantuvo consistente, incluso en la versión vejatoria del «Universidad de Xoanin».
Actual escudo conforme al modelo estandarizado según el estudio histórico - heráldico. Fuente: uniovi.es |